Hoy
Lu-lu tenía el día tonto. ¡A todos nos pasa! No sé por qué pero
estaba repunante y caprichosa, inquieta y protestona. Iba y venía
por la biblioteca de Ventanielles como un alma en pena y cara de
pocos amigos.
He
intentado entretenerla un ratito dejándole unos folios reciclados y
unos lápices de colores. Antes de todo este lío, por las tardes,
venían muchos niños y niñas a pasar un rato dibujando y leyendo. A
Lu-lu le prestaba mucho sentarse con ellos, así que pensé que podía
ser una buena manera de que se le pasara el mal humor.
La
cosa funcionó… ¡cinco minutos! Enseguida empecé a oírla
suspirar, refunfuñar y protestar en voz baja dando pataditas de
impaciencia. Cuando me acerqué a ver qué le pasaba esta vez, allí
me la encontré rodeada de papeles arrugados y al borde de las
lágrimas.
¡Dibujo
fatal! ¡Todo me sale horrible! ¡Solo sé hacer círculos, puntos y
garabatos!
¡Pobre
Lu-lu! Pero creo que tengo la solución: le voy a enseñar unos
libros que seguro que le van a encantar.
¡Ojo,
oso! (Nicola
Grossi. Ed. Thule)
Círculos,
rayas, zig-zags, manchas de colores... Con estos recursos tan simples
y un texto también muy sencillo y lleno de onomatopeyas, acompañamos
a Oso, Zorro, Sapo y Hormiga en su aventura. Los cuatro amigos
quieren encontrar la madriguera de Oso, que se ha perdido, y para
ello deberán sortear varios obstáculos. Se trata de un libro muy
divertido que nos sorprenderá por la rapidez con la que los más
peques identifican cada personaje con su color y tamaño.
Todo
a punto (Xavier
Deneux. Ed. Combel)
Parecen
las piezas de un mecano… pero no son más que puntos unidos con
mucha imaginación para crear animales. Cada página de ese libro
tiene un troquel que nos enseña un punto, o dos, o tres, hasta
llegar a repasar los números del 1 al 10. Al girar la página
descubriremos el animal que se escondía detrás, que tal vez no es
el mismo que a nosotros se nos había ocurrido.
La
reina de los colores
(Jutta Bauer. Ed. Lóguez)
La
reina de los colores convoca a todos sus súbditos. Uno a uno se van
presentando, cada cual con su personalidad: el suave y delicado azul,
el rojo indómito y salvaje, el amarillo cálido y luminoso… El
problema es que la reina tiene muy mal genio y todos acaban peleados
y grises. Como en los cuentos clásicos, las lágrimas de la reina
obran el milagro y los colores reaparecen, armónicos y felices.
Bueno,
¡no falla! En cuanto le he hecho un poco de caso y hemos leído
juntas estos libros, el mal humor se ha disipado y ha vuelto la Lu-lu
simpática y cariñosa de siempre. ¡Os
lo recomiendo!